El fin de la edad primordial y la "Caída del Hombre"

Apuntes de carácter mítico-tradicional sobre la historia esotérica de la humanidad en el Manvantara actual: de la Edad de Oro a la "Caída", del "Sueño de Adán" al "Pecado Original", de la tripartición Adán-Eva-Lilith a la rebelión del Oso contra el Jabalí.

El "Fuego Celestial": Kronos, Faetón, Prometeo

di andrea casella
portada: Jean Delville, Prometeo, 1907)

[Continuación de El significado astronómico de la Edad de Oro: Astrea y la "caída" de Faetón]

En una oración de boda de Mongolia se afirma que: "El fuego nació cuando el cielo y la tierra se separaron": Por lo tanto, antes de que el ecuador celeste (Padre Cielo) y la eclíptica (madre Tierra) se alejaran (es decir, se registró el ángulo de inclinación de unos 23° de la eclíptica con respecto al ecuador), el "Fuego" no existía. Al principio, la Vía Láctea unía el cielo, la tierra y el mundo de los muertos: la parte sur de la Galaxia, en correspondencia con Escorpio y Sagitario, es, para muchas tradiciones, el lugar dedicado a la reunión de las almas en espera de reencarnar.

El significado astronómico de la Edad de Oro: Astrea y la "caída" de Faetón

di andrea casella
portada: Sidney Hall, representación de la constelación de Virgo, tomada de "Urania's Mirror", 1825)

(sigue desde Simbolismo estelar y simbolismo solar.)

Todos los pueblos del mundo cantaron sobre un mítico "primer tiempo" de abundancia, en el que los dioses caminaron sobre la tierra y todas las cosas estuvieron en armonía. El mito del Siglo de Oro fascinó a los poetas desde la más remota antigüedad hasta los tiempos del Renacimiento. Básicamente, se creía que era una época de prodigios materiales, en la que el bienestar corporal de los hombres estaba garantizado por el natural e infinito fluir de la leche y la miel. Pero, ¿son realmente las cosas como cantaban los poetas? ¿Qué fue, realmente, la Edad de Oro? Los mismos poetas, en cambio, han conservado (conscientemente o no) algunas claves reveladoras del misterio, que remiten, una vez más, a la bóveda celeste.