Una lectura cosmogónica del panteón de la tradición mexica, en una perspectiva de sincretismo religioso

Según la mitología mexica, cada estrella encarna un carácter determinado: las deidades se han "sacrificado" in illo tempore, por así decirlo, para reencarnarse en las estrellas. Así, por ejemplo, Quetzalcóatl se transformó en el planeta Venus, la estrella de la mañana, que por tanto puede ser venerada en la triple forma simbólica de energía dinámica, de estrella y personificada, como un héroe cultural. A su vez, el Sol, principal fuente de la tona o calor vital, surge de la inmolación de Nanahuatzin.

La religión azteca es una religión mesoamericana que combina elementos del politeísmo, el chamanismo y el animismo, así como aspectos relacionados con la astronomía y el calendario. La cosmología azteca dividía el mundo en tres niveles: uno superior, asiento de los dioses celestiales, uno inferior, asiento de los poderes del inframundo, y uno medio, en el que vive el consorcio humano, equidistante de los dioses y demonios de la naturaleza y el subsuelo El concepto de Theotl es fundamental en la religión azteca. en idioma náhuatl a menudo se considera sinónimo de "Dios", aunque, para ser más precisos, se refiere a un concepto más general, que se refiere a la energía dinámica inmaterial de la divinidad (tonificado), similar al concepto polinesio de mana. como el tapas de los indoarios, este tonificado no siempre es beneficioso, ya que su sobreabundancia trae muerte y destrucción [Torres 2004, p.14].