"Cuando las estrellas tengan razón": HP Lovecraft entre la profecía y el Apocalipsis

En cuentos como "La llamada de Cthulhu" (1926) y "Nyarlathotep” (1920) Howard Phillips Lovecraft previó la crisis de la civilización occidental que asistimos hoy, un siglo después: desde este punto de vista, la interminable secuencia de informes de horrendos crímenes, espía de un mundo en presa, debe enmarcarse en un angustia incurable y omnipresente, en la que las estaciones han alterado su ciclo natural y en la que guerras y revoluciones se suceden continuamente, arrojando a la humanidad a una situación de crisis aparentemente irreversible, destinada a desembocar, “cuando las estrellas hayan vuelto a su posición correcta” , en una “Nueva Edad de Tinieblas”.

Crónicas del fin: del “Terror” de Machen al “Color” de Lovecraft

Con motivo del 83 aniversario de la muerte de HP Lovecraft, acaecida el 15 de marzo de 1937, y dado el periodo de estancamiento que estamos viviendo, qué mejor ocasión para releer uno de sus relatos más terroríficos, "El Color vino de Space", ilumina los paralelismos con otra novela apocalíptica estrenada hace más de un siglo que hoy parece tan profética, ¿"El terror" de Arthur Machen?

Bestias, hombres o dioses: los cultos extraterrestres de HP Lovecraft

(imagen: John Coulthart, "La llamada de Cthulhu")

La presencia de temas mítico-religiosos en la obra del "Poe cósmico" -como lo definió Jacques Bergier- resulta de interés no sólo desde el punto de vista literario, sino también respecto a la relación entre la modernidad y este tipo de saber. Como ahora saben incluso los no "expertos", Howard Phillips Lovecraft se definió a sí mismo como un «materialista absoluto y mecanicista[1] persuadido de que el mundo era la suma matemática de impulsos físicos regidos por el azar y que convertían las aspiraciones humanas en meras fantasías. Sin embargo, detrás de esta profesión de fe, en la que muchos se han detenido al cuestionar al Solitario de la Providencia, hay mucho más. Por ejemplo, el hecho de que había estudiado y por lo tanto conocía bien los mitos antiguos de Occidente, grecorromanos pero también germánicos y nórdicos. Bueno, ¿cómo se relacionan estos intereses con los tuyos? Visión Mundial? ¿Por qué un entusiasta seguidor de la ciencia y la tecnología debería apasionarse por esos mitos que los mismos seguidores de la Diosa Razón muchas veces relegan a expresiones de una enrevesada y premoderna humanidad “infantil”? En realidad, la contradicción es sólo aparente.