René Guénon: "El simbolismo del Zodíaco en los pitagóricos"

Sobre el simbolismo de las puertas solsticiales en la antigua tradición helénica y védica: Cáncer y Capricornio, la "puerta de los dioses" y la "puerta de los hombres", el dêva-loka y el pitri-loka de la tradición hindú. Así las doctrinas tradicionales enmarcaron el simbolismo zodiacal al proceso de migración de las almas del plano celeste al sublunar, y viceversa.

De Cibeles a Deméter, las diferentes caras de la Madre Tierra, o más bien de la eclíptica

Desde la tradición frigia sobre Cibeles, "diosa de la montaña y de las fieras", pasando por la tradición india de Aditi, "fuente inagotable de abundancia", hasta las diferentes divinidades helénicas como Rea, Deméter, Themes, Meti (sin olvidar las diversas deidades colectivas, siempre femeninas, del destino), surge una lectura astroteológica que puede arrojar luz sobre las citadas "Diosas Madres de la Tierra", siempre que se comprenda esta última, siguiendo los estudios de Santillana, Dechend y Richer. (así como las pistas platónicas), en el sentido de eclíptica.

No vivimos en el tiempo, sino en "cronosferas"

Las cronoesferas son experiencias psíquicas y eventos espaciotemporales dinámicos, como círculos concéntricos en el agua, son distintas frecuencias del paso del tiempo que nos involucran; si el espacio-tiempo es como el océano, los círculos en el agua son las huellas y los diferentes tiempos que se despliegan y dilatan, mezclándose y superponiéndose continuamente

El tiempo cíclico y su significado mitológico: la precesión de los equinoccios y el tetramorfo

di andrea casella

Seguro que no pasará desapercibido para aquellos que estén al menos un poco acostumbrados a la ciencia sagrada, un símbolo cristiano que siempre ha destacado en las fachadas de las iglesias, adorna manuscritos e incluso se encuentra en una hoja de tarot: el tetramorfo. Este símbolo tiene su origen en la famosa visión de Ezequiel (Ez. 1, 4-28) que San Juan vertió más tarde en su propia Apocalipsis. Estas son cuatro figuras que rodean el trono de Dios: la primera tiene apariencia de león, la segunda de toro, la tercera de hombre y la cuarta de águila en vuelo (Ap. 4, 7). Tradicionalmente, a estas extrañas figuras (que el Apocalipsis llama los "Vivos") se les atribuye un valor literario: de hecho, son los cuatro evangelistas, Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Estas cifras, sin embargo, como se mencionó, se pueden encontrar (incluso más extrañamente, se podría decir) también en una hoja de tarot, y precisamente el número XXI, que designa el mundo.