Viaje a Mongolia: las confesiones de Bolod el buriato

Nuestro segundo reportaje de viaje, para amigos de de La señal, sobre Mongolia: de los cultos chamánicos al Imperio de Genghis Khan, del lamaísmo budista a la dominación soviética


Pocas naciones en el mundo pueden jactarse de ser tan resistentes al río turbulento de la historia como el Mongolia. Si alguien, para bien o para mal, tiene algún conocimiento de las hazañas legendarias del gran Genghis Khan y de su extensísimo aunque poco duradero imperio, no todos saben que el linaje mongol tuvo que perdurar, en los siglos siguientes y prácticamente hasta antier, una cadena ininterrumpida de dominación, masacres, opresión y genocidio cultural, ahora por el imperio chino, luego por los monjes lamaístas y finalmente, en el siglo XX, por el totalitarismo soviético. Solo en los últimos treinta años, Mongolia finalmente puede considerarse independiente y soberana. Y sin embargo, los orgullosos descendientes de los nómadas de las estepas aún mantienen hoy en su interioridad una estratificación cultural y conductual de naturaleza ajena, hasta el punto de sentir que el "verdadero mongol" solo se puede encontrar después de haber desmenuzado el tema como una matrioska, privándolo primero de su "armadura" soviética y luego de la chino-tibetana.

Uno de estos "orgullosos descendientes de los nómadas de las estepas" es Bolod, un guía buriato que habla, además de los idiomas mongol y ruso, aprendidos en la escuela, numerosas lenguas occidentales aprendidas por él mismo: inglés, francés, italiano y Español. Después de haber trabajado durante décadas, bajo el régimen soviético, en una fábrica de alimentos, tras la caída de la URSS, se dedicó a lo que amaba absolutamente: Mongolia, su tradición, su historia, su gente y sus bellezas naturales.

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Desde 1993 ha fundado la Bolod Tours, una agencia de viajes que prácticamente coincide con su persona. A pesar de tener un sitio web constantemente actualizado e incluso un perfil de Facebook (para estar en contacto con las personas que conoció gracias a su trabajo), nunca ha "captado" clientes en Internet: su modus operandi consiste en caminar, en los días libres, en Plaza Gengis, escuchar las discusiones de los turistas que se pasean bajo las estatuas de los grandes Khans del Imperio Mongol y entablar conversaciones con ellos en sus respectivos idiomas, proponiéndoles viajes a la parte norte del país así como a la cordillera de Altai en el oeste, o en el sur del desierto de Gobi.

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