El mítico ensayo antropológico de Robert Eisler, una excéntrica obra maestra de erudición que investiga los orígenes de la violencia y la crueldad, vuelve a las librerías italianas en una nueva edición.
di mateo maculotti
La indicación más inmediata de la excepcionalidad del libro. hombre en lobo (1951) del austriaco Roberto Eisler (1882-1949) - reeditado recientemente por Adelphi en una nueva traducción de Raul Montanari y con materiales adicionales en comparación con la edición de Medusa de 2011 - es un desequilibrio cuantitativo entre el núcleo real del volumen, que consiste en la transcripción de treinta páginas de una conferencia que l 'autor celebrada en la Sección de Psiquiatría de la Royal Society of Medicine de Londres y luego reproducida de memoria a falta de un texto escrito previo, y las doscientas y más páginas que componen el siguiente aparato de notas, anticipando a su vez los cinco ensayos recopilados en apéndice.
La estructura inusual, como explica Eisler en la introducción, no sólo obedece al deseo de "facilitar el trabajo del crítico", sino que se justifica igualmente por la esperanza de que el muy denso complejo de referencias, intuiciones y digresión puede despertar el interés "de aquellos que quieran indagar en la base empírica de los documentos en los que el autor ha basado su interpretación socio-antropológica», siguiendo las innumerables huellas y ramificaciones de un trabajo de investigación inspirado en una tesis básica tan atrevida como ilustrada con una erudición sorprendente.
Todo el libro discute la posibilidad de una derivación evolutiva, histórica o más bien prehistórica de la crueldad y la violencia humanas., reconocible en un conjunto de actos y conductas que van desde el golpe único hasta los más amplios escenarios bélicos e incluye tanto el placer de causar dolor como el de sufrirlo, y lo hace principalmente a partir de dos operaciones de excavación que se apoyan mutuamente : por un lado, sacando a la luz una impresionante variedad de hallazgos etnográficos, arqueológicos, mitológicos, artísticos e incluso oníricos; por otra parte, interpretarlos y relacionarlos a partir de la el pensamiento de Jung, y en particular de la teoría de la supervivencia de las ideas arquetípicas que desde las capas subconscientes ancestrales de la mente resurgirían en cada individuo y en cada aspecto de la cultura humana.
Lo que en primera instancia, a partir del título, puede confundirse con un estudio centrado en el fenómeno de la licantropía, es en definitiva una obra de aliento incomparablemente más amplio, que asume precisamente la imagen de la transformación del hombre en lobo como arquetipo supraindividual que va más allá del campo de la patología clínica y el folklore. El significado profundo de este arquetipo, según Eisler, se refiere en realidad a una transición histórica relativa a toda la especie humana, y que a su vez se ha asentado en las capas más antiguas de la memoria inconsciente colectiva en forma de mitos difundidos entre las poblaciones de todo el mundo. el mundo mundo
"Si el hombre moderno [...] puede, según William James, ser definido a nivel biológico como" el más aterrador de todos los animales de presa, y además el único que depreda sistemáticamente a su propia especie ", Y si, por el contrario, como los simios y los grandes simios, el primitivo y pacífico pigmeo de la selva, dedicado a la cosecha de frutos y al arranque de raíces, es adecuadamente definido por Platón y otros filósofos antiguos como "el hombre, el 'manso e indefenso'". animal "[...], en cierta etapa de su evolución debió haber un cambio radical en su dieta o en su modus vivendi, una mutación [...] como la mencionada en los mitos, tan extendidos entre todas las poblaciones, que hablan de una "Caída" o de un "pecado original" con consecuencias desastrosas y permanentes".
El evento crucial hacia el cual converge el análisis es la transición "del rebaño o manada de frugívoros" recolectores "a la manada de lobos de cazadores carnívoros"., entendida como un "proceso consciente acompañado de una profunda conmoción emocional" e investigada a partir de cambios que afectan tanto a la estructura biológica y morfológica de la especie, como a sus hábitos alimentarios y culturales, como el paso de la desnudez primordial a la adopción del primeros recursos rudimentarios utilizados por el hombre para cubrir su propio cuerpo.
Eisler ejercita su enorme talento analógico-comparativo oscilando con gran soltura entre el horizonte prehistórico y el nivel del mito y la imaginación, sin dejar de lado los más llamativos ejemplos modernos de un discurso antropológico que en última instancia parece referirse a la esencia misma del mal. Más allá de un buen número de casos noticiosos bizarros y macabros que se dan cuenta en las notas (desde el hallazgo en Transjordania, en 1945, de un niño que creció entre gacelas e igual de rápido, hasta los asesinatos rituales de hombres-león que tuvieron lugar lugar en 1947 en Tanganica), así, se dirige una debida y particularmente siniestra mención a los trágicos acontecimientos que marcaron el siglo XX y la vida de Eisler, comenzando con "Manifestación endémica de licantropismo" que infectó a la Alemania hitleriana entre las dos Grandes Guerras.
En las cartas que sus amigos escribieron para obtener la liberación de Eisler de Dachau en 1938, Brian Collins recuerda en el rico perfil biográfico elegido como epílogo del volumen, "las descripciones contradictorias no sugerían si las autoridades tenían que buscar un economista, un historiador del arte, profesor de lenguas eslavas o historiador de las religiones ”, y de hecho Eisler fue verdaderamente un erudito con mil caras, imposible de ubicar en un solo sector disciplinario y autor de obras que difícilmente se creerían atribuibles a una misma persona -desde Este laberinto de dinero [ 1 ], sobre la crisis económica mundial, una El Mesías Jesús y Juan el Bautista (ambos de 1931), hasta el inédito Estudios Comparados en Cosmología Antigua.
El eclecticismo de Eisler, unido al estilo digresivo pero sobre todo con algunas peculiaridades de su carácter [ 2 ], lo relegó de facto a un papel marginal en el debate académico de la época, y en ocasiones, junto a no pocos testimonios de estima, le dio abiertas manifestaciones de descrédito: por ingeniosa que fuera, su obra seguía siendo evaluada al mismo nivel que aquella. de un aficionado. En el caso de hombre en lobo, además, hoy en día sería realmente inútil abordarlo como un texto científico en sentido estricto, tanto por la ausencia de un sistema metodológico riguroso, como por el inevitable avance que ha tenido la investigación a lo largo de los setenta años posteriores a la publicación del volumen El encanto y el interés del libro, en todo caso, residen precisamente en lo que un lector, con toda probabilidad, nunca podrá obtener del estudio de un tratado científico especializado debidamente entendido, a saber: la impresión de estar en presencia de un mundo-trabajo similar a una mina inagotable de tesoros extraídos de los campos más dispares del conocimiento humano.
Esta impresión, en las muy densas páginas de la conferencia, está ligada sobre todo a la idea de una totalidad concentrada en un pequeño espacio, pero de manera aún más evidente emerge bajo el signo de la multiplicidad durante la lectura errante estimulada por varios veces por el inmenso aparato de apuntes, incluyendo atisbos bibliográficos y digresiones que a menudo se extienden a lo largo de varias páginas con aire ensayístico, invitando al lector a perderse entre ellas como en un bosque o un laberinto. Van desde las dos caras del sadomasoquismo, que pertenecen a la Marqués de Sade, Leopoldo de Sacher-Masoch y a los respectivos fantasmas del imaginario erótico, a conceptos como los de "Leyes de la naturaleza" y "arquetipo", pasando por análisis detallados sobre los diversos fenómenos de teriantropía (o la transformación de los hombres en animales) registrada en las crónicas, mitos y leyendas de todos los tiempos, sobre bacanal, sobre la hermandad marroquí de 'Isawiyya, sobre prácticas de apareamiento, vegetarianismo, caza, canibalismo, nudismo, etc.
hombre en lobo, en este sentido, es uno Wunderkammer terrible y maravillosa, llena de testimonios de la crueldad humana pero también de pistas que abren vertiginosos vislumbres de una supuesta etapa primordial anterior a la llamada "Caída", como en un juego de cajas chinas en el que restando hacia las capas más internas parece posible vislumbrar su origen.
En una biblioteca ideal, un libro así encontraría su lugar junto a las obras del historiador y coleccionista. Eduardo Fuchs, recordado con razón por Walter Benjamin por el carácter pionero de sus estudios sobre los territorios extremos del arte, desde la caricatura hasta la representación pornográfica [ 3 ], y las del orientalista e historiador de las religiones heinrich zimmer, también ligado a Jung, o incluso a los estudios del antropólogo Hans Peter Duerr, quien en una serie enciclopédica de volúmenes cuestionó el mito del proceso civilizatorio teorizado por Norbert Elias [ 4 ], y los de aby warburg, quien concibió una biblioteca donde los libros se ordenaban según el criterio de afinidad del "buen vecindario".
Esta disposición, frente al orden alfabético habitual, tiene la gran ventaja de sugerir a la vista una serie de referencias y correspondencias inesperadas, entrenando la mente para ejercitar un pensamiento que ya no se inspira únicamente en una perspectiva lineal y consecuente. Una experiencia similar para el lector, en hombre en lobo, tiene que ver no sólo con la posibilidad de conectar diferentes planos de lo real y lo imaginario, sino también con la redefinición de prejuicios y clichés que se deriva de la adopción de un punto de vista sin precedentes.
Al tomar en consideración la comportamientos sexuales comúnmente definidos como "perversos", por ejemplo, Eisler afirma con indiscutible claridad que “si existen realmente “leyes de la naturaleza”, ninguna actividad humana puede “pervertirlas” o contradecirlas, y del mismo modo arremete contra la interpretación lombrosiana según la cual todo acto violento el crimen se explicaría como una regresión atávica al estado primitivo, subrayando la tergiversación a la que figura del "salvaje". En cuanto al grande problema de la existencia del mal y de su explicación, finalmente, no es indiferente pensar en el hombre como un animal social y pacífico, al menos en origen, más que según la concepción que "Homo homini lupus", e incluso al margen de la improbable posibilidad de un retorno, puede ser útil en cualquier momento mirar más allá de una máscara que quizás, ya en la antigüedad, el hombre ha aprendido a confundir con su propio rostro.
Nota:
[ 1 ] Una copia escaneada del volumen. El Mesías Jesús y Juan el Bautista está disponible en línea en esta dirección.
[ 2 ] Como señala Brian Collins en el epílogo, su arresto en Udine en 1907 por robar un valioso códice de la biblioteca del arzobispado y los posteriores intentos de suicidio empañaron la reputación de Eisler por el resto de su vida.
[ 3 ] Walter Benjamín, Eduard Fuchs, el coleccionista y el historiador (1937), en Id., La obra de arte en la era de su reproductibilidad técnica, Turín, Einaudi, 1966.
[ 4 ] La serie, titulada El mito del proceso de civilización, se compone de cinco volúmenes: Nacktheit und Scham (1988); intimidad (1990); Obszönität und Gewalt (1993); Der eroticsche Leib (1997); El tatuaje de la vida (2002). Hasta la fecha, el único volumen disponible en traducción al italiano es el primero: Hans Peter Duerr, Desnudez y vergüenza. El mito del proceso civilizatorio, Venecia, Marsilio, 1988.
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