Autobiografía espiritual

La transcripción de dos largas entrevistas difundidas en 1969 y 1971, así como tres artículos publicados en "Ur", integran y completan el cuadro autobiográfico de Julius Evola, que el filósofo romano ya había expuesto en su obra de 1963 "El camino del cinabrio". En los textos aquí recogidos, Evola transita con gran soltura desde las lecturas juveniles a los estudios matemáticos, desde el futurismo al dadaísmo, desde sus relaciones con Guénon a pequeños retratos de ilustres personalidades con las que mantuvo una relación amistosa, como Marinetti o Ezra Pound.


di luca siniscalco

 

Con la formidable curaduría de Andrea Scarabelli, recientemente se ha lanzado un librito muy preciado para confrontar la filósofo tradicionalista Julius Evola: Autobiografía espiritual (Mediterráneo, Roma 2019). El texto, adornado con el prefacio de Gianfranco de Turris, presidente de la Fundación Julius Evola, contiene la traducción de dos entrevistas, inéditas en Italia, que el autor concedió en 1969 y 1970 a un equipo de televisión francés. Disponible íntegramente en YouTube, pero de hecho en francés, el diálogo con Evola se desarrolla en dos momentos diferentes: por Dominique de Roux, que el 19 de julio de 1969 habla con el "idealista mágico" sobre su participación en el movimiento dadaísta y su relaciones con Ezra Pound, y de Jean-José Marchand, asistido por Marco Dolcetta, quien le entrevistó el 18 de octubre de 1971 sobre la evolución de su trabajo en las distintas fases de la Vía del Cinabro.

El documento se enriquece luego con aparatos sustanciales: tres artículos de los años 1927/1928, firmados por Iagla y Ea, seudónimos atribuibles al propio Evola y que se remontan a la experiencia de Asociación mágica de Ur, los ensayos del curador Andrea Scarabelli y el estudioso Alessio de Giglio, así como varias imágenes en color extraídas de algunas secuencias de la entrevista.

LEA TAMBIÉN  La máscara del Daimon: Gustav Meyrink y la "Metamorfosis de la sangre"

41Dk9HPOYoL.jpg

Autobiografía espiritual es un texto destinado a la discusión. Si, de algún modo, los temas sobre los que Evola es cuestionado por los entrevistadores pueden hacer entender el volumen como una reducción de su autobiografía espiritual, El camino del cinabrio, las diferencias son significativas. Dependen, en primer lugar, de la modalidad comunicativa de la entrevista, que devuelve una Evola más humana - Manera nietzscheana menschlich allzu menschlich -, a veces irónico y punzante, y que, al mismo tiempo, le induce a lanzarse a audaces formulaciones teóricas, adecuadas, sobre determinados temas, para arrojar una poderosa luz interpretativa a través de la cual examinar provechosamente, con paso renovado, toda su obra. Para cada uno de estos planes, nos limitaremos a un solo ejemplo.

El primero nos habla de una Evola realmente fuera de lo común, divertida y políticamente incorrecta; después de reclamar la suya libertad relacional y erótica ("Ya ven, desde el punto de vista sexual, no estoy a favor de la monogamia"), responde el "idealista mágico" a quienes lo acusan, en virtud de su interés por el tantrismo y el ocultismo, de celebrar misas negras con jóvenes rubias: «Dadas mis condiciones actuales [recordemos que Evola estaba paralizada, en silla de ruedas], uno respondería con estas palabras alemanas: Demasiado bueno para ser verdad, "¡Demasiado bueno para ser verdad!"". Un chiste que, sin embargo, revela el profundo -y gravísimo- interés que Evola siempre puso en el sexo en su dimensión auténticamente suprasensible, que Metafísica del sexo que, resumidas en la obra homónima de 1958, siempre resurgirían en la producción ensayística e incluso pictórica nuestra.

La segunda referencia, en cambio, se dirige a una formulación cristalina de un principio metafísico capaz de iluminar una cuestión que ha obsesionado a los lectores y exegetas evolianos desde tiempos inmemoriales. ¿Cómo conciliar, en su obra, los primeros escritos, marcados por un subjetivismo paroxístico voluntarista, nihilista e idealista, con las obras de madurez, inspiradas en la metafísica solar y absoluta de las formas y principios del Pensamiento de la Tradición? In Autobiografía espiritual Evola parece hacer explícito un tácito que tal vez recorre toda su obra, desde el dadá hasta el montando el tigre:

« No hay ninguna realidad "detrás" de otra realidad, pero hay diferentes formas de experimentar una cosa. […] Si el hombre cambia de ser, entonces percibirá la Stessa realidad en otras formas. Es como una radio, puedes presionar un botón y sintonizar diferentes longitudes de onda. Entonces percibirá diferentes canales. No hay mundo relativo y mundo absoluto, sino uno aspecto relativo y uno mirada absoluta. »

evola_fondo-revista.jpg

Sin embargo, este último ya había sido visto por Evola al menos en 1927: en Experiencias: la ley de entidades, uno de los artículos recogidos en el volumen firmado por Iagla, hablamos de una "estado de claridad o evidencia", que" ya no conoce razonamientos, conceptos, dudas ", sino sólo"necesidades profundo, experimentado, de conocimiento, que es seguido por el destello de evidencia directa, una idea con el carácter de revelación, de certeza absoluta, perentoria, llamativa».

LEA TAMBIÉN  Sobre la posesión en el hinduismo

Lo que se aclara es la doctrina de las dos naturalezas de Rebelión contra el mundo moderno: ser y devenir no son etapas históricas o dimensiones externas, sino estados internos cuya realización es siempre posible en elhic y nunc. Se ofrece así un fundamento filosófico al trabajo de transformación interior que es el único que puede producir renovación mundi y deja que aparezca lo no manifiesto. Se realiza plásticamente en ese dominio de las formas puras y elementales que Evola ha esbozado a lo largo de su obra, desde la intuición de un “nuevo clasicismo, liberado del ego, hecho de acción y voluntad de un “realismo cada vez más real”” (Superando el romanticismo, en "Vita Nova", enero/febrero de 1931) al descubrimiento de un real posible "vivido en un estado en el que no hay sujeto de experiencia ni objeto que se experimente, lo cual es en el sentido de presencia absoluta" (montando el tigre, Scheiwiller, Milán 1971).

Porque, al fin y al cabo, las rubias y la mirada absoluta no son más que vivencias en distintos niveles de esa realidad que no deja de inquietarnos a los hombres posmodernos con la fuerza de su intrínseco misterio.


 

2 comentarios en "Autobiografía espiritual"

Deja un comentario

Il tuo correo electrónico indirizzo no sarà publicado el. Los campos necesarios están marcados *